Troina

Precisamente en Troina se erige la primera catedral normanda fundada en Sicilia, dedicada a María Santísima Asunta, principal lugar de culto de la ciudad y pequeña joya llena de tesoros, entre ellos una valiosa torre normanda. El Oratorio dei Bianchi (Oratorio de los Blancos), a continuación, aún conserva la predela del altar con el que el Papa Urbano II celebró misa en 1088, como sello del acuerdo con Ruggero. Otro edificio histórico es la Torre Capitania, torre central del antiguo castillo y sede del Capitano di Giustizia de la época. Hoy en día es un centro cultural que alberga varias exposiciones, incluyendo una exposición arqueológica permanente y otras exposiciones de artistas contemporáneos.

Troina nos ofrece un interesante itinerario arqueológico, que consiste en los restos de la ciudad helenístico-romana y las ruinas de la fortificación de la muralla que data del siglo IV a. C., al tiempo que conserva un rico patrimonio arquitectónico, que consiste principalmente en edificios sagrados. La iglesia de San Blas de origen medieval, la iglesia de San Nicolás, con un arco característico debajo de la torre del campanario, tal vez una de las puertas de la ciudad, y la iglesia de Santa Lucía se encuentran todas en el antiguo barrio Scarfolio. La iglesia del Carmine, con un campanario en forma de cúspide de mayólica del siglo XVI, conserva en su interior una Virgen atribuida a Domenico Gagini. Continuamos con la iglesia dedicada al patrón de la ciudad, San Silvestre, el monje basiliano que descansa aquí y cuyo monumento fúnebre parece ser obra del propio Gagini. El artístico fercolo barroco, obra de los famosos plateros sicilianos Juvarra de Mesina, se muestra bellamente en el convento de San Agustín (siglo XV) con su espectacular galería de cuarenta arcos.

Troina es una ciudad con un encanto milenario, capaz de fascinar y enamorar por las muchas historias que puede contar a través de sus propias ceremonias tradicionales, como la «Festa dei Rami» (fiesta de las ramas), que tiene lugar el penúltimo domingo de mayo, la Ddarata, el domingo siguiente, y las famosas Intrallazzate, viejos stornelli sicilianos en verso.

La «Festa dei Rami», un rito muy antiguo cuyas raíces se remontan al periodo precristiano, es la peregrinación de cientos de devotos dedicada al patrón de la ciudad, San Silvestre. Los «ramara», todos hombres, por la tarde, después de la misa, emprenden el camino a lo largo de los antiguos senderos de montaña, hasta alcanzar, en las primeras horas de la mañana, el pequeño bosque sagrado en el corazón de los Nebrodi. Al día siguiente, los peregrinos llamados a reunirse al son del tambor, se encaminan hasta el santuario natural del barranco de la Anghira di Faccilonga, donde los más valientes se colocan un arnés y bajan 300 metros para poder así «tocar el laurel». Los ramara regresan al pueblo con espléndidas decoraciones de ramas de laurel, acogidos por los paisanos y alimentados con los alimentos típicamente asociados a la fiesta.

Es muy curiosa la tradición gastronómica local de la vastedda cu sammucu, una focaccia de harina de trigo duro y huevo, rellena con tuma (queso fresco) y salami, espolvoreada con flores de saúco por encima y cocida en un horno de leña. Los ‘nfasciatieddi son las típicas galletas dulces hechas con vino cocido de higos chumbos. Probamos también los cudduri, dulces típicos navideños, y la piciocia, antigua comida campesina, hecha con harina de almorta, garbanzos y guisantes.

La historia reciente nos habla de una histórica batalla que tuvo lugar en Troina, entre soldados alemanes, encaramados en el pueblo, y americanos, que culminó en un fuerte bombardeo con varias víctimas, entre ellas muchos civiles. El acontecimiento está ampliamente documentado por las fotos históricas de Robert Capa, recogidas y expuestas en el edificio de la Torre Capitania.

Es imposible no mencionar, por último, el rico patrimonio natural del territorio; Troina, de hecho, se encuentra en el parque de Nebrodi. A pocos kilómetros de la ciudad se encuentra el lago Sartori (o lago de Ancipa), el embalse artificial más alto de Sicilia, ubicado en un área boscosa de 4200 hectáreas perfecta para largos paseos a pie o a caballo.