Sutera
Detalle
La mejor manera de comenzar nuestro recorrido en Sutera (Caltanissetta) es desde el mirador de Piazza Sant’Agata y la iglesia de Santa Ágata (chiesa di Sant’Agata) del siglo XV en contraste con el municipio de siglo XIX. La iglesia cuenta con tres naves y una bóveda de cañón en la nave central y grandes arcos. La sillería del coro de madera tallada perteneció a los monjes benedictinos que se trasladaron al convento cercano en el año 1727. Cabe destacar la estatua de mármol del siglo XV de la Madonna delle Grazie (Virgen de la Merced) y el lienzo de la Madonna degli Innocenti (Virgen de los Inocentes) obra de Mariano Rossi a mediados del siglo XVIII en la capilla del Sacramento.
Recorriendo Via Roma nos encontramos con las ruinas del Palazzo Salamone. La iglesia de Maria Santissima del Carmelo, originaria de 1185 y reconstruida entre los años 1934 y 1936, tiene un pórtico del que cabe destacar las inserciones procedentes de la mezquita del Ràbato incluidas en el portal de acceso. A su derecha, el pequeño convento de 1664, sede del museo de la cultura campesina. En el interior de tres naves se encuentra la Virgen del Socorro (Madonna del Soccorso), obra maestra de mármol del carrarés Bartolomeo Berrettaro en 1503 por encargo de la familia Salamone, cuyos sarcófagos adornan la capilla a la derecha del coro.
Siguiendo por Via Carmine llegamos al Rabato, barrio en el extremo del pueblo fundado por los árabes alrededor del 860 d. C., evocadora ubicación navideña del famoso Belén viviente. El Rabad era un conjunto de casas con muros de yeso pegados entre sí, callejones estrechos, escaleras empinadas, baos y terrazas. La villa árabe todavía puede contemplarse desde lo alto de la montaña. Aquí encontramos los viejos techos de tejas sicilianas y una maraña de calles estrechas típicas de una «casbah» o ciudadela árabe. Así es como nació la casa de campo siciliana de un solo piso, el dammuso, con una sola habitación tipo desván construida en yeso. El asentamiento árabe está sepultado bajo las diferentes capas de edificios: sobre la mezquita edificada alrededor del 875, el barón Giovanni Chiaramonte levantó en 1370 la iglesia Madre de Santa María de la Asunción (chiesa Madre di Santa Maria Assunta), reestructurada en 1585 y que cuenta con un portal renacentista y una pila bautismal de 1495. En la iglesia todavía perduran algunos elementos arquitectónicos de la mezquita que sobresalen de una pared superpuesta y las cuatro hornacinas de mampostería de yeso.
Ahora tomamos aire y desde Piazza del Carmine subimos los 183 escalones hasta el Monte San Paolino de 812 metros de altura.
En la terraza, Giovanni Chiaramonte hizo erigir en 1370 el santuario de San Paolino sobre la estructura del castillo. La iglesia está flanqueada por el pequeño convento del siglo XVIII de los Padres Filipinos; aquí encontramos un lienzo de Filippo Tancredi, la Virgen en el trono entre los Santos Damián y Cosme y dos admirables urnas-relicario, expresiones de la orfebrería siciliana antigua. Una urna de 1498 contiene el osario de San Paolino, y la otra, de 1649 obra del palermitano Francesco Rivelo, es un suntuoso ejemplo del arte orfebre barroco que contiene el osario de San Onofrio.
La colina, denominada roca partida o jacca, hendidura, nos muestra dos partes separadas por un hueco. La tradición cuenta que la roca se separó con el último aliento de Jesús en la cruz. Ahora vamos a transitar por un sendero de fácil recorrido en la meseta de la colina de San Marcos para descubrir las figureddi o frescos de estilo bizantino que representan a los cuatro evangelistas, la Virgen y San Paolino, posible obra de los monjes basilianos que llegaron aquí entre los siglos IV y V.
Es interesante descubrir como trabajan los artesanos que tejen con maestría el lu panaru, un cesto elaborado con ramas de olivo, sauce u olmo.
¿Qué podemos comer? Comida genuina elaborada con aceite de oliva y quesos de producción local. Si la temporada lo permite, podemos degustar el ‘u maccu de habas y los virciddata, un dulce elaborado con higos y almendras que cuenta con una regulación específica para poner en valor los productos típicos de Sutera bajo la marca Sutera Città Presepa De.Co.
No puedes perderte el pitirri, una menestra de verduras.
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