Las minni di virgini

Detalles

Harina, huevos, leche y levadura. Se compone de una masa redonda en forma de luna llena que en el centro alberga un poco de todo, pero, debo poner mucha atención a los ingredientes: no deben faltar el cabello de ángel, la crema, la esencia de clavel y canela, algunos trozos de chocolate y todo lo que me inspire el Señor.

Con estas palabras, Sor Virginia Casale di Rocca Menna del Colegio de María en Sambuca di Sicilia describe en 1725 su creación, las  minni di virgini, un dulce con forma de seno con una protuberancia más oscura en la parte superior y recubiertos con un delicado glaseado blanco y perlas de azúcar de colores.

Este manjar lo mandaron elaborar Don Giuseppe Beccadelli, marqués de Sambuca y su consorte, Doña Francesca Reggio de los Príncipes de Aci y Leonforte, para servir en el matrimonio de su único hijo Pedro una de las espléndidas recetas por las que era famoso el convento De Sambuca.

La recomendación de Doña Francesca a la madre superiora fue clara, «poned todo vuestro empeño en idear novedades absolutas en vuestro ámbito de competencia, entre ellos, el de la confitería», y la Madre Pierangela de los Condes de San Julián estaba tan decidida a conseguirlo que, para satisfacer el deseo de la familia Beccadelli, ordenó el retiro espiritual de las hermanas del convento para que, en la meditación y el silencio de la oración, fueran inspiradas por el Espíritu Santo para crear un dulce que evocase amor y sensualidad. Y la inspiración le llegó a Sor Virginia desde el paisaje de Sambuca: «Miraba esta mañana desde la ventana de mi habitación las colinas que se suceden desde el valle del Anguillara hasta la colina del Castellaccio y la costa de la Minnulazza. La forma de los cerros me sugirió que obsequiáramos a los marqueses un postre que tuviera la forma contuviese la dulzura de esta tierra. Es decir, un dulce campesino, pero delicioso, que, cuando se coma, suscite el instinto del sentimiento y eleve al mismo tiempo el espíritu».

Las minni di virgini, aunque similares en forma e ingredientes, son diferentes a las minni di Sant’Aita, pero esta es otra historia.

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