Naro
Detalles
Naro es una pequeña y sorprendente joya medieval y barroca de la provincia de Agrigento, no muy lejos del Valle de los Templos. En un enclave magnífico y pintoresco, goza de unas vistas que abarcan desde las colinas circundantes hasta el mar.
La ciudad monumental tiene una historia antiquísima, desde los sicanos, los habitantes más antiguos de la isla, hasta los normandos, suevos y españoles, pasando por una fuerte presencia árabe. En todas partes encontramos huellas de su paso: desde la antigua puerta de la ciudad, la única que queda de las siete, hasta la bellísima mezquita transformada por el conde Ruggero en la antigua Iglesia Madre. Testigo de estos pasos es también el antiguo barrio judío, junto con el castillo medieval de Chiaramonte, que se encuentra en la parte superior de la ciudad y alberga una exposición de magníficos vestidos femeninos del siglo XIX, que pertenecieron a las nobles damas de Naro.
Sus monumentos cuentan una historia importante, la ciudad tuvo el título de fulgentissima y tenía un puesto en el Parlamento Siciliano. Sus iglesias están llenas de obras de arte y todas merecen una visita. En particular la Iglesia Madre, dedicada a María Santísima Anunciada, conserva en su interior la obra escultórica de la Madonna della Catena (Virgen de la Cadena) de Antonello y Giacomo Gagini, una Anunciación sobre lienzo de Domenico Provenzali, una Virgen con Niño de la escuela de Gagini y una pila bautismal de forma medieval. Además, cabe destacar la iglesia de Santa Catalina, que nos transporta a una atmósfera de otros tiempos, con la cripta, las estatuas y los frescos medievales, todavía visibles en parte, y la benedictina iglesia del Santísimo Salvador, con una preciosa fachada barroca de estilo español. El punto culminante del barroco de Naro es la iglesia de San Francisco, con frescos pintados por el artista Domenico Provenzani. Por otro lado, la biblioteca municipal feliciana, con su rico patrimonio bibliográfico, se puede visitar entre semana.
Se inició un importante proyecto de regeneración urbana en el barrio de “Via Vanelle”, destruido por un deslizamiento de tierra en 2005. Aquí, la colaboración entre el municipio de Naro y la Academia de Bellas Artes de Florencia dio vida al MAN (Museo todo abierto): un recorrido al aire libre, en continua evolución, que ya incluye 24 obras pintadas en las antiguas fachadas de los edificios del barrio.
Hemos encontrado Naro en las páginas de Sciascia y Simonetta Agnello Hornby. Esta última cuenta una antigua tradición según la cual los justos, antes de ir al paraíso, «…dan una vuelta por la isla para decir adiós a siete lugares especiales de Sicilia: el castillo de Naro, golpeado por los vientos día y noche, Caltabellotta, enroscada alrededor de la Roca, Erice, el monte que mira hacia África; Ustica, la isla del mar verde, Estrómboli, el volcán que ruge en medio de las olas, Ortigia, la antigua isla griega».
Naro, además de haber sido escenario cinematográfico de muchas películas, entre ellas la que recuerda la figura del juez Livatino y La scomparsa di Patò (la desaparición de Patò), parece haber sido la sede de la primera Fiesta del Almendro en flor en 1934.
La fiesta a la que los habitantes de Naro están más vinculados es la de San Calogero, el santo negro, que se celebra durante dos días: el 18 y el 25 de junio. Degustar las delicias de Naro es importante, casi tanto como conocer sus monumentos; basta detenerse en una trattoria del lugar para saborear los tesoros de la mesa, con el deber moral de coronar la comida con una raviola de ricota. Durante el carnaval, no nos podemos perder la sfincia, el postre local frito y espolvoreado con azúcar en polvo: ¡una verdadera gloria!
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