Mozia
Detalle
Frente a las Salinas de Marsala donde encontramos testimonios del asentamiento fenicio más antiguo del Mediterráneo, la isla museo de Mozia merece ser explorada y quedar enredada entre los mejores recuerdos de tu viaje. Para descubrir la Sicilia occidental.
El área protegida incluye las cuatro islas de San Pantaleo, Isola Grande, Schola y Santa Maria, y las salinas costeras de San Teodoro, Genna y Ettore Infersa. Para visitar las islas del Stagnone, puedes zarpar desde el histórico embarcadero de Mozia, o desde el cercano al local Mamma Caura. a unos 30 km de Trapani.
A la isla de San Pantaleo, en la que se encuentra la antigua ciudad de Mothia, se puede llegar en barco haciendo un breve paseo por la laguna. El trayecto dura unos minutos y se puede iniciar la visita siguiendo, a la derecha o a la izquierda, el camino de las murallas que han ido apareciendo a la luz en muchos puntos.
En la antigüedad este lugar, gracias a la presencia de Mozia, fue un centro comercial muy importante para el comercio entre Oriente y Occidente. Los primeros en comprender su importancia estratégica fueron los fenicios.
Mozia probablemente tenía cuatro puertas. En los dos extremos de la isla se encuentran las Puertas Norte y Sur.Cuando hay marea baja se puede ver claramente la antigua carretera construida sobre el fondo marino pantanoso y poco profundo que conectaba el islote con el promontorio de Birgi en tierra firme.
Entrando a la ciudad por la puerta norte, un poco más adelante, se encuentran los restos de un interesante santuario monumental llamado Cappiddazzu, quizás por la presencia de un espantapájaros que identificaba el lugar. No muy lejos, cerca de un horno de cerámica, se encontró la estatua del Joven de Motya, exhibida en el museo local. Siguiendo hacia el oeste, llegamos a la Necrópolis arcaica con las tumbas cinerarias y aquí encontramos el Tophet, un vasto recinto sagrado con forma triangular donde se celebraban los cultos de los dioses fenicios.
Yendo más hacia el oeste y luego hacia el este, bordeando las murallas o a través de los caminos entre los campos, se llega a la parte sur de la isla, donde se encuentran la Puerta Sur y el Kothon. Se trata de un extraordinario puerto artificial de forma rectangular, casi un dique, cuyo fondo se ha obtenido de roca natural lisa con bordes realizados con sillares lisos y cuadrados. Construido según las técnicas típicas del mundo fenicio-púnico, data del siglo VI. El agua de mar penetra en el interior de la dársena a través de un estrecho canal, caracterizado por un surco longitudinal, hecho para tirar de los barcos encallados. Los muelles laterales se utilizaban para el amarre de embarcaciones y para su mantenimiento.
Desde aquí continuando hacia el este, llegamos a la Casa de los Mosaicos, una espléndida residencia cuyo peristilo – un tiempo caracterizado por columnas dóricas – luce un refinado mosaico realizado con guijarros marinos que representa algunos animales y bandas decorativas.
A pocos pasos se encuentra el pequeño museo de la isla, el Museo Whitaker, que alberga la famosa estatua del Jóven de Mozia (o Auriga di Mozia). Es una estatua de mármol, presumiblemente de mediados del siglo quinto a. C., cuyo origen, estilo artístico e incluso su representación simbólica se desconocen con precisión, tanto que los estudiosos la han definido como la estatua de los misterios. Única en su género podría representar a un auriga, es decir, el que conducía los carros de guerra, un atleta vencedor, un magistrado o incluso un dios. El Museo exhibe los materiales encontrados en la isla, desde las excavaciones más antiguas hasta las más recientes.
De particular interés son un grupo escultórico que representa a dos leones peleando con un toro, los numerosos ejemplos de estelas del Tophet, ajuares funerarios, cerámicas, frascos de vidrio para perfumes y ungüentos. La presencia de hallazgos griegos en una provincia púnica demuestra que se establecieron profundos contactos culturales entre las dos civilizaciones. El mismo Jóven Auriga con su «finísima túnica plisada que vela suavemente su cuerpo» presenta, contemporaneamente rasgos púnicos y helénicos.
Una divertida curiosidad: podría ocurrir ver a bañistas literalmente paseando en medio del mar, entre la costa siciliana y la isla de Mozia, con el busto fuera del agua. Esto es posible gracias a los bajíos, secas, «móviles» presentes en las aguas de la laguna.
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