STREET ART EN MESSINA

Vayamos hacia el norte, a Mesina. Antes de llegar al centro, deténgase en la Casa Cammarata, el «Castillo» de Maregrosso. Se trata de una construcción de arte callejero ante litteram. En los años 70, el arte callejero nació en Nueva York, y al mismo tiempo, en Messina, Giovanni Cammarata decidió decorar su choza y las casas vecinas con un arte inusual. Giovanni era un ex-soldado, albañil retirado, y su arte se compone de figuras fantasmagóricas, madonnas, ninfas y pequeñas estatuas africanas (un viejo recuerdo de sus años de soldado). Hoy quedan muy pocas estatuas. Entre ellas se encuentran dos de los tres elefantes amarillos que miraban al mar. En esta zona hay muchos artistas que continuaron con el estilo de Giovanni. Entre ellos está Poki. El artista ha creado un mural que representa al tercer elefante desaparecido. Delante del mural está representado el rostro de Cammarata y su manifiesto poético-artístico. La frase que solía repetir era: «si le damos un pincel a un niño nunca cogerá una pistola». La cita ha sido reinterpretada artísticamente por Kuma. 

Adentrémonos ahora en la ciudad. En 2013, el conocido artista Blu dejó huella de su paso, con una obra titulada La caccia al pesce spada (La caza del pez espada): una denuncia social, civil y cultural contra la degradación, realizada en la Casa del Portuale. A partir de aquí, otros artistas han seguido su ejemplo. Empezando por uno de los murales más famosos, Without name de Nemo’s, que representa cuatro cuerpos desnudos colgados como si fueran sábanas tendidas. Una obra dedicada a la atleta somalí Samia Yusuf Omar y a todos los que perdieron la vida en el Mediterráneo. La metáfora es muy fuerte: es la desnudez de los cuerpos colgados lo que provoca un escándalo, no la propia muerte, que gotea de los cuerpos colgados. 

El mismo tema aparece también en la colorida obra de la artista española Julieta. La artista representa una sirena llorando rodeada de mayólicas sicilianas. El mural Lillo de Seacreative habla de las dificultades del trabajo en el mar. La obra de Luca Zamoc, Giasone y el Dragón, cuenta los mitos marinos. La obra está realizada con los colores de la ciudad (rojo y amarillo) y representa al comandante de los argonautas en búsqueda del vellocino de oro. No te pierdas El cangrejo ermitaño y el marinero de Anc y Poki. Una obra que representa un gigantesco cangrejo ermitaño coronado por el faro, y que resume los símbolos de la ciudad. ¿Está cansado? Para descansar, compre un billete y súbase al tranvía. Disfrute de un recorrido de arte callejero por la ciudad. En cada marquesina encontrará una pintura, creada gracias a los esfuerzos del proyecto «Distrart – Distretto d’arte urbana». Un viaje a través de los mitos de Colapesce, Caribdis, los gigantes locales Mata y Grifone, Ulises y sus sirenas. 

Dejemos la ciudad del Estrecho y dirijámonos al este para llegar a la última parada de este itinerario, San Salvatore di Fitalia. Este pequeño pueblo de los Montes Nebrodi tiene dos gemas recientes, pero con sabor antiguo. Se trata de los murales de Caravaggio de Andrea Ravo Mattoni. Las obras se titulan La Cena de Emaús y La Natividad con los Santos Lorenzo y Francisco. Esta última es una obra maestra de Caravaggio que fue robada por la mafia en Palermo en 1969. El artista quiso devolver a Sicilia este espléndido Caravaggio perdido. Los dos murales son dos piezas renacentistas fielmente reproducidas y donadas a la comunidad. Esto también es street art.