Rutas a caballo en las Madonie

El punto de salida está en las afueras de Castellana Sicula, a una altura de 950 metros sobre el nivel del mar. Caminaremos 22 kilómetros para llegar a 1800, en unas 4 horas. El ritmo no será siempre el mismo. La ruta está en tierra batida. Pasaremos por antiguas aldeas, naturaleza intacta y antiguos abrevaderos donde descansaremos.

Seguimos en dirección norte cruzando la Piana delle Felci, un denso bosque de hayas, robles (según una estimación hay un ejemplar con ocho siglos de vida) y acebos; seguimos hasta el Santuario Madonna dell’Alto. En cuando lleguéis, entenderéis el porqué del nombre. Puesto en la cima del Monte Alto (1819 m s.n.m) el santuario consta de una iglesia, una sacristía y una ermita. El Santuario es muy antiguo (probablemente XIII siglo): según la leyenda la estatua de la Virgen que se encuentra en la iglesia habría llegado del mar, cerca de la torre de Roccella, donde fue encontrada después de una tormenta. El cajón en el cual se alojaba la estatua desapareció y la Virgen fue dejada en un carro de bueyes, a merced del destino (y de sus decisiones).Después de un largo viaje, los animales se detuvieron justo en el lugar donde estamos. Así nació el Santuario. En el altar de mármol donde se encuentra la estatua, se representa esta leyenda. Los animales siempre han sido bienvenidos aquí, así que la mejor manera de llegar es en un fiel corcel. 

Después de esta pequeña siesta dejémonos guiar por nuestros amigos animales y pongámonos en marcha otra vez. 

Siguiendo en dirección noroeste el paisaje va cambiando y zonas de bosques irán alternándose con otras áridas. Nos encontramos ahora en la zona de Quacella, el jardín botánico de las Madonie. Es aquí donde encontramos una de las más importantes atracciones del parque: el Abies Nebrodensis, o sea el Abeto de los Nebrodi. Una especie en riesgo de extinción: es un árbol presente en Sicilia desde la época Terciaria y a día de hoy se conservan sólo 30 ejemplares adultos, únicos en el mundo. No se dejen engañar por el nombre: este árbol está presente solamente aquí, en la Madonie (el equívoco surge por el hecho que antiguamente con la palabra Madonie se entendía genéricamente los Nebrodi). Una especie desde siempre siciliana y, por eso, en 2018, ha sido elegida como planta símbolo de la isla. 

Continuando en dirección norte, a excepción de una pequeña área reforestada en la mitad del novecientos, la restante parte es completamente árida. Las condiciones ambientales son siempre muy ventosas, los inviernos son fríos, hay una amplia variación de temperaturas entre el día y la noche y casi no hay precipitaciones en verano.Nos encontramos en uno de los ambientes más selectivos de las Madonie. Las plantas que viven en este entorno son pequeñas y tienen raíces profundas. En la vegetación, podemos ver el cardo de Boccone. Su flor es de color púrpura y recuerda a las especies que se encuentran en España y Argelia. Otra planta típica de la zona es la retama amarilla de Cupani o la estregonia siciliana. Las hojas de esta planta se utilizaban antiguamente como remedio hemostático. 

Estamos llegando al final de nuestro camino. Cruzamos la Portella Colla y continuamos hacia el norte. Volvemos a una zona boscosa desde donde vislumbramos la Baita del Faggio, la última parada de la ruta. Aquí nos detendremos a descansar con nuestro fiel amigo de cuatro patas.