EN BICICLETA POR LAS SALINAS DE SICILIA

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¿Le gusta explorar mientras va en bicicleta? ¿Y si le decimos que puede vivir una experiencia maravillosa entre altos montones de sal blanca? Exploremos nuevos lugares rodeados de charcos de agua que cambian de color. Lugares en los que el silencio sólo se ve interrumpido por el canto de una increíble variedad de aves. No, no es el paraíso, son las salinas del oeste de Sicilia.

Empezamos en Trapani. A las afueras del centro hay un carril bici que nos llevará directamente a la reserva natural Saline di Trapani e Paceco. Se trata de una zona protegida gestionada por el WWF que abarca casi mil hectáreas en los municipios de Trapani y Paceco. La zona también incluye propiedades privadas, donde pequeñas y grandes empresas llevan siglos extrayendo sal marina. El recorrido completo es de unos 10 km. Al entrar en la reserva, le recomendamos que respete las normas de la reserva y de la propiedad privada.

A medida que vaya avanzando, se encontrará rodeado de charcos de agua salobre y montones de sal. Veremos avocetas, flamencos, garzas, avetoros, gaviotas rosas y muchas otras aves protegidas por la reserva. En el camino veremos el molino Maria Stella, un típico molino de viento (no en funcionamiento), que es también el centro de información del WWF. Las visitas suelen comenzar a partir de este punto. Seguimos pedaleando y disfrutando de la vista. Llegamos a Nubia, al Museo de la Sal. El museo se encuentra en un baglio del siglo XVII (una antigua granja con un patio típico siciliano). El museo recoge y conserva las antiguas herramientas de trabajo de los salineros y muchas fotografías de esta tradición centenaria. No sólo la sal proviene de estos distritos. También son famosos los presidios de slow food del ajo rojo de Nubia y el melón de Paceco. Antes de partir de nuevo, vamos a tomarnos un tiempo para comer y descansar.

Un poco más al sur de Trapani está Marsala. Las salinas están repartidas por la costa y un carril bici las conecta. En Marsala podemos alquilar una bicicleta. En la ciudad hay un carril bici y peatonal de 7,6 km. A lo largo de ella descubriremos la Reserva de Stagnone, uno de los lugares más evocadores y famosos de Sicilia. Partiendo de Marsala, el sendero comienza al final del canal Saline Genna y termina en el barrio de Birgi, más al norte. La Reserva Orientada de las Islas Stagnone protege la mayor laguna de Sicilia con su hábitat único. A lo largo del camino podemos admirar las islas Stagnone (Mozia, Isola Grande, Schola y Santa María), pero también la singular avifauna (flamencos, avocetas, garzas, etc.) y la flora. Las Islas Egadi aparecen al fondo y luego… ¡sal, sal por todas partes! Al pasear por los estanques, su atención será captada por los reflejos rosados en el agua. Ver para creer. A mitad de camino se encuentra el histórico embarcadero de la isla fenicia de Mothia, un importantísimo yacimiento arqueológico con vistas a la laguna. Podemos dar un paseo en barco por la laguna. Si le gustan los deportes acuáticos, puede hacer una excursión en kayak. Desde el embarcadero, comienzan las hermosas salinas de Ettore-Infersa. Aquí podrá admirar los gigantescos molinos de viento restaurados. A continuación, llegamos a la zona de Birgi. Desde este punto parte la antigua carretera sumergida hacia la isla de Mothia. En este tramo, los carros solían transportar la uva cultivada en la isla, el ganado y otras mercancías (la ruta sólo es visible con la marea baja). En esta zona hay algo más que sal: es famoso el rey de los vinos de licor, Marsala. No pierdas la oportunidad de probarlo, sobre todo después de tanto empeño.