CASTILLOS DEL SUR ENTRE SIRACUSA Y RAGUSA

Si vienen del noreste o del Etna la primera etapa de nuestro viaje para descubrir los castillos del sur es Augusta (Siracusa).
Aquí se puede admirar la imponente fortaleza que domina el golfo de la ciudad, el Castillo de Suabia.
La construcción de esta fortificación medieval comenzó en el 1232 y probablemente se construyó sobre una torre de vigilancia preexistente. La construcción del Castillo, en la pequeña península llamada «Terra vecchia», fue encargada por el emperador Federico II de Suabia y afidada a Riccardo de Lentini. Si no ha sido posible visitarlo internamente, no se decepcionen: la etapa de Augusta trae consigo otra joya de la fortificación para visitar: Forte Vittoria. Si lo buscan en el mapa verán que en este caso no hay un castillo en altura porque el fuerte está… ¡rodeado por el mar! Sí, Forte Vittoria (junto con Forte García ahora inutilizables) está ubicado en un islote al que solo se puede llegar por mar. Construido como defensa contra los ataques piratas a finales del 1500 el fuerte se puede visitar todos los días pero solo previa solicitud enviada a la Autoridad Portuaria de Augusta entro de diez días de la fecha de la visita.

Vayamos ahora a Siracusa, próxima parada: Ortigia, el islote de la ciudad que es también su centro histórico. Al final de la Isla en una lengua de tierra que domina el Gran Puerto de Siracusa se encuentra el imponente Castello Svevo, más conocido como Castillo Maniace. Este castillo fue construido por Federico II de Suabia entre el 1232 y el 1239 mas el nombre ‘Maniace’ deriva de Giorgio Maniace, un general bizantino que en el 1038 d. C. reconquista la ciudad por poco tiempo, a la época bajo dominio árabe. Según algunos Maniace habría comenzado algunos trabajos de fortificación de la area, según otros  el nombre deriva en cambio de los dos arietes de bronce que Federico II había instalado en la entrada (y que el líder bizantino habría traído consigo durante su expedición). El Castillo tiene una poderosa estructura de 51 metros por lado, de unos 12 metros de altura y con sus cuatro torres cilíndricas en las esquinas retoma modelos de la cultura árabe. En la parte occidental se encuentra el portal de ingreso con un hermoso arco apuntado en el cual aún es posible observar figuras zoomorfas. Entren y piérdanse entre los enormes militarescos salones del edificio.

Volvamos a la ruta y diríjanse hacia el extremo sur de la Sicilia: Portopalo di Capo Passero. Nos espera otra fortaleza nuevamente rodeada por el mar: el Forte di Capo Passero en la Isla del mismo nombre. Originalmente propiedad de la Corona de España, fue construido a finales del 1500 como un puesto militar contra los ataques de los piratas que llegaban del mar. Puedrán pues ponerse en la piel de los antiguos sarracenos, embarcarse en pequeñas barcas que parten desde tierra firme (hay numerosas visitas organizadas) e ir a conquistar el Fuerte.
El camino desterrado que conduce a la estructura  su soleada terraza rodeada por el mar Mediterráneo más profundo (al otro lado, invisible y silencioso, está África) te encantará. El Fuerte es también un lugar ocasional para eventos y espectáculos. ¡Si tienen suerte podrán presenciar algo irrepetible!

Ya que no podemos ir más al sur que esto, volvamos al norte, dirección: Modica ( ver enlace  Modica). Mientras caminan por las estrechas callejuelas barrocas de la ciudad del chocolate notarán que el Castillo de los Condes domina todo el Curso desde el alto. Suban a la cima de la ciudad para conocer de cerca la que fuera la sede de su poder político y administrativo durante siglos. En la antigüedad fue una auténtica ciudadela fortificada, pero hoy en día conserva una torre poligonal (siglo XIV), un tramo de terraplén y una ventana ajimezada incorporada a una estructura del siglo XIX. En el patio interior se pueden visitar las prisiones medievales, la iglesia de la Madonna del Medagliere (construida a partir de las ruinas de la Iglesia más antigua de San Leonardo), las ruinas de la Iglesia de San Cataldo (la capilla privada del Conde y el Gobernador ) y por último tres hornacinas en cuyo interior repicaban las campanas para indicar la hora a la ciudad.

Después de todas estas fortalezas militares, después de toda esta Edad Media, ¿qué tal hacer un salto dentro un cuento de hadas o mejor aún… en una una película? Es hora de partir hacia el esplendor y la elegancia del Castillo de Donnafugata, tan bello y fascinante que ha sido elegido varias veces como plató cinematográfico (desde Visconti hasta los hermanos Taviani como también para la serie de televisión El Comisario Montalbano. Contrariamente a lo que su nombre podría sugerir no es un verdadero castillo medieval sino una suntuosa residencia noble de finales del ‘800. Apenas llegarán comprenderán por qué se prefiere llamarlo «castillo»: el edificio tiene una superficie de unos 2500 metros cuadrados. Les dará la bienvenida la hermosa logia de estilo gótico veneciano en la fachada principal, con ocho balcones de arco apuntado que dan acceso a la gran terraza bajo de la logia. La vivienda, dividida en tres plantas, dispone de 122 habitaciones de las que hoy se pueden visitar una veintena. Al entrar sentirán que has retrocedido en el tiempo, a la era de los últimos «gatopardos». En fin en el exterior se encuentra un gran y monumental parque de 8 hectáreas que contava con más de 1500 especies de plantas, aparte  de diversas atracciones que debían alegrar y entretener a los invitados como el templo circular, la cafetería, unas grutas artificiales provistas de falsas estalactitas y el famoso laberinto de piedra de planta trapezoidal, construido con mampostería de piedra en seco, típica de la zona de Ragusa.

Si desean ir en buscar y descubrir otros castillos pueden continuar hacia el centro de la Sicilia o directamente hacia el oeste.