Catedral de Agrigento

El interior de cruz latina se caracteriza por tener tres naves divididas por arcos ojivales sustentados por pilares octogonales y un magnífico techo de madera ricamente pintado en cuyo centro aparece representada el águila bíceps de Carlos V, además de estucos y frescos que aportan un carácter suntuoso al conjunto.

En el ala derecha del crucero se abre la pequeña capilla de San Gerlando, rematada por un portal gótico finamente modelado en la que se conserva elArca, un reliquiario de 1639. En la nave de la izquierda, cabe destacar la capilla De Marinis; en el ábside de la derecha, un grupo de mármol de la Madona con el Niño de 1495 al que se añaden otros muchos monumentos sepulcrales que enriquecen el magnífico interior de este gran monumento. De especial relevancia es el Tesoro de la Catedral, repleto de obras de arte de inestimable valor histórico y artístico del cual cabe destacar el célebre sarcófago de Fedra, refinada obra romana de principios del siglo III d. C. realizada en mármol e inspirada en el estilo griego del siglo V. Descrito y elogiado por todos los grandes viajeros extranjeros en la Sicilia del siglo XVIII, desde Riedesel hasta Bartels, esta obra maestra, hallada en la necrópolis romana de Agrigentum y ahora custodiada en la iglesia de San Nicolás, representa algunos episodios del mito de Fedra e Hipólito. Frente a la catedral de Agrigento, se encuentra en la misma plaza el Seminario Vescovile, fundado por Vescovo Narullo en 1574 y finalizado en 1611. Su interior cuenta con un atrio porticado y dos órdenes de logias.

Y ahora un dato curioso: En el archivo de la catedral se conserva un singular y misterioso documento: la carta del diablo, un manuscrito del siglo XVII redactado en caracteres indescifrables y dirigido a una monja, la Beata Corbera, citada por Giuseppe Tomasi di Lampedusa en El Gatopardo.

¡Por este motivo, la catedral es también una de las paradas literarias de la Ruta de los Escritores (Strada degli Scrittori) que te hará descubrir una Sicilia inédita!