La Catedral de Enna
Detalles
En Enna, los amantes de la historia del arte no se resistirán a la llamada de la majestuosa catedral que domina con su belleza el centro histórico de la ciudad
Monumento nacional y lugar de paz de laUNESCO, se construyó a instancias de la reina Leonor de Anjou en 1307 y fue posteriormente remodelada y embellecida.
Está rodeada por una escalera monumental y su interior es una planta basilical de tres naves con unos maravillosos techos de casetones de madera decorados por Andrea Russo da Collesano.
Los coros de madera colocados a los lados del arco triunfal fueron realizados por Scipione di Guido. El ábside central está completamente cubierto con estucos barrocos de Pietro Rosso de Bolonia. En los recuadros se pueden admirar cinco grandes lienzos, obra de Filippo Paladini.
El ábside izquierdo, con antiguas formas góticas y bóvedas acanaladas, está dedicado al Santísimo Sacramento; el de la derecha, ricamente revestido de mármoles policromos sobre un diseño barroco de Andrea Amato, está dedicado a la Virgen de la Visitación.
En el nicho, en mármol policromo, cerrada por una pequeña puerta icono, está custodiada la estatua procesional de la patrona, de fabricación veneciana de 1474.
La sacristía está llena de obras como el mueble que representa escenas de la vida de Jesús o la pila de mármol de 1648. El suelo de mayólica siciliana muestra escenas del Nuevo Testamento.
Más atrás en la historia, exactamente en el siglo V, en el mismo lugar había un templo pagano dedicado a Proserpina, madre de Ceres, atribuible a la época romana.
En la plaza de enfrente, el Museo Arqueológico Varisano expone objetos que provienen de yacimientos arqueológicos cercanos a la ciudad. De acuerdo con la lectura de las fuentes antiguas, Enna es vista como la ciudad de Deméter y Kore. La exposición sigue el hilo lógico de la investigación arqueológica desde la prehistoria hasta la Edad Media.
Si estás en Enna el 2 de julio, para la fiesta de la Virgen de la Visitación, a las 7 de la mañana te despertará el sonido de las 101 salvas que festejan a la protectora de la ciudad.
La estatua de la Virgen, custodiada durante todo el año en su nicho dentro de la catedral, sale en procesión, cubierta de oro y piedras preciosas donadas por los fieles, dentro de una gran «paso» del siglo XVI llamado trono, llevado al hombro por 118 frailes descalzos, los desnudos.
La procesión parte de la catedral y, durante el recorrido, se disparan sarbiate, salvas de cañón. Cerca de la ermita de Montesalvo, las estatuas de San Zacarías y Santa Isabel salen de la iglesia y se encuentran con la Virgen. Inmediatamente después de entrar la Virgen en la iglesia, comienzan los artísticos fuegos artificiales, una verdadera explosión de alegría que caracteriza a todas las fiestas patronales sicilianas.
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