Mazara del Vallo
Detalles
Mazara del Vallo, en la provincia de Trapani, logra resumir el carácter y la historia de una isla entera: muestra orgullosa al mundo su espléndido centro histórico, la Casbah o alcazaba, por la que caminaban filósofos y literatos islámicos, jueces y comerciantes.
La Casbah, el antiguo barrio árabe, alberga muchas casas del estilo típico de la época y está atravesado por una serie infinita de pequeños túneles. El barrio está habitado por una gran comunidad tunecina que ayuda a mantener intacto su estilo general a lo largo del tiempo, con mayólicas y otros elementos decorativos en las fachadas de las casas.
Dentro de la Casbah, hay muchos restaurantes y tabernas típicas que ofrecen platos tradicionales de la ciudad, a base de cuscús de pescado. Los sabores y olores que flotan por las callejuelas de la Casbah son los de una tradición milenaria que nunca se ha interrumpido en Mazara del Vallo, una de las ciudades del sur de Italia más cercanas a África.
La catedral de la ciudad, la Basilica Cattedrale, fue construida por los normandos alrededor del año 1000 y presenta un estilo único mezcla de románico, griego y barroco.
El centro habitado encierra siglos de historia: las hileras de palmeras y el puerto se alternan con monumentos de enorme valor, construcciones majestuosas y válidos ejemplos del barroco siciliano. Dentro de sus murallas hay iglesias antiguas, que fueron mezquitas y, antes de eso, templos de diferentes cultos.
Un estilo real y majestuoso, con un portal que da al mar, coronado por una representación escultórica de Santiago El Matamoros: Santiago de Compostela armado con una espada y montado en un caballo pisoteando bajo sus zuecos a un musulmán. Destacan las espléndidas iglesias normandas de Nuestra Señora de Giummare y de San Nicolò Regale (San Nicolás el Real) y la iglesia barroca de San Francesco (San Francisco).
La Catedral del Santísimo Salvador ofrece unas impresionantes vistas a otro símbolo de la ciudad, la piazza della Repubblica (plaza de la república), que está rodeada por los edificios más importantes a modo de corona. Destacan el magnífico Palacio del Seminario, con el Museo Diocesano en su interior, que con sus dos plantas de once arcos brinda a la plaza su aspecto inconfundible, el Ayuntamiento y el Palazzo Vescovile (palacio episcopal), conectado con el transepto occidental de la catedral gracias a la Tocchetto, una galería situada sobre un puente arqueado.
Con el buen tiempo, la plaza se llena de mesas y un ambiente de fiesta y diversión. ¡Y, por estos lares, el buen tiempo dura casi todo el año!
Entre el Palazzo di Città (palacio de la ciudad) y el Seminario se abre una de las muchas callejuelas del centro histórico, la via XX Settembre, que termina en la Piazza Plebiscito con las ruinas de la iglesia jesuita de San Ignacio. Fundada en 1701, es de planta ovalada con ocho pares de columnas toscanas, seis altares laterales y uno mayor en el centro con una gran cúpula y dos campanarios gemelos. Fue derrumbada en diciembre de 1933. Adyacente y conectada a ella, la estructura monumental del Colegio de los jesuitas, con su imponente fachada barroca en arco de medio punto y a los lados dos atlantes que sostienen el entablamento. En el interior alberga un patio rodeado por un pórtico con arcos de medio punto apoyados sobre columnas toscanas. Hoy el Colegio es sede de la biblioteca, el archivo histórico y el museo cívico.
En el paseo marítimo, no puedes perderte la Iglesia de San Vito, patrón de la ciudad.
Justo enfrente del Colegio, yace la iglesia de Sant’Egidio, que alberga un museo dedicado a uno de los legados más importantes de la época clásica del arte griego: la estatua de bronce del Sátiro danzante.
La estatua salió a la superficie la noche del 4 al 5 de marzo de 1998, tras ser pescada por el pesquero «Capitan Ciccio» a una profundidad de 500 metros entre Pantelaria y cabo Bon, Túnez. La pierna se pescó en la misma zona el año anterior. Sometida a una larga restauración en el Istituto Centrale per il Restauro (Instituto Central de Restauración) de Roma, desde el 12 de julio de 2003, esta estatua tan evocadora se exhibe en el Museo del Sátiro danzante. Dentro del museo también podemos encontrar otros hallazgos del Canal de Sicilia (piezas de bronce menores, cerámicas, etc.).
Más pequeña, pero no menos histórica es la Piazza Mokarta, famosa por la presencia de un arco normando, única ruina del castillo ordenado construir por Ruggero II. Y ahora expuesta en la intimidad de la Casa-museo De Santi-Lombardo.
Mazara es también uno de los más importantes y conocidos puertos pesqueros del Mediterráneo, base de armamento de una flota de cerca de 300 grandes barcos de arrastre de alta mar y más de 3000 embarcaciones. Gran parte de la economía está ligada a la pesca y esto la convierte en un atractivo para quienes buscan productos de primera. Muchos restaurantes del puerto tienen unos excelentes productos del mar, pero lo mejor de todo son las magníficas gambas rojas de Mazara.
Mazara es también una ciudad de acogida, reconocida internacionalmente como un ejemplo de integración, donde los extranjeros (principalmente la gran comunidad tunecina) están perfectamente integrados en el tejido social.
Pero aquí también encontramos algunas de las playas más bellas de Sicilia, surf, buceo y pesca submarina.
Concluimos este viaje con la Reserva Natural Integral del lago Preola y Gorghi Tondi. Hay varias especies de flora, como orquídeas silvestres, margaritas y anémonas, y de fauna, como la población de tortugas sicilianas «Emys trinacris».
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