Geraci Siculo
Detalle
Paseando por las callejuelas de Geraci Siculo inmersos en la atmósfera de antaño, no es extraño recibir la acogedora sonrisa de los habitantes del lugar. Este pueblo medieval de la provincia de Palermo, en el corazón de Madonia, nos regala un entorno tranquilo y unas vistas espectaculares.
La forma de la cima sobre la que se asienta esta villa fortificada recuerda al lomo de un caballo. El nombre de Geraci Siculo deriva de Jerax, del griego buitre, elegido por los colonizadores griegos en el silgo VIII a. C. por las aves depredadoras que habitaban la fortaleza.
En la Época Medieval constituyó una comarca muy influyente y una de las residencias favoritas de la familia Ventimiglia, célebre por haber dejado un vasto legado tanto histórico como artístico.
Lo primero que puede verse desde el centro urbano es el Bevaio della Santissima Trinità: un abrevadero con dos fuentes de piedra y cuatro bocas que vertían el agua en copas de arenisca. Si continuamos el recorrido, encontramos el Castillo, ubicado a una altura que dificulta el acceso. Se trata de una edificación en ruinas de estilo bizantino desprovisto de decoraciones que en el pasado servía como fortaleza militar. En las proximidades del castillo se encuentra la Ermita consagrada a Santa Ana, la capilla palatina de la familia Ventimiglia. Cuenta la leyenda que en su interior se conservaba el cráneo de la santa que después fue trasladado a la cercana Castelbuono.
Entre los callejones del centro se encuentra la Iglesia Madre (chiesa Madre) consagrada al culto de Santa María la Mayor. Esta edificación es el culmen de la antítesis, donde el exterior románico de formas simples y lineales contrasta con el interior repleto de elementos marmóreos, como la pila bautismal de Gagini y el coro de madera de 1650 de formas monumentales. La cripta de la iglesia conserva el tesoro de Geraci, rico en objetos e instrumentos litúrgicos de oro y plata y ornamentos sagrados bordados. El artista Antonello Gagini es el protagonista del patrimonio artístico que se conserva en las numerosas iglesias de Geraci: como ejemplo podemos encontrar el políptico de mármol en el altar de la iglesia de San Bartolomé (chiesa di San Bartolomeo) y el tríptico de mármol policromado que se conserva en la iglesia de Santa Maria La Porta.
Dejamos el pueblo y nos adentramos en un bosque de la comarca de Vicaretto para hacer una última parada en la iglesia de Santa María de la Cueva (chiesa di Santa Maria della Cava), una pequeña capilla anexa a un cenobio basiliano en la época normanda cuya decoración interior recuerda al estilo bizantino y cuyo exterior románico está embellecido por un rosetón en relieve y un portal ojival.
¿Quieres experimentar la sensación de estar suspendido en el vacío? Ahora el Salto de los Ventimiglia perfecto para ti. Un balcón de cristal y acero en el punto desde el cual Francisco I de Ventimiglia se lanzó con su caballo en 1337 al profundo precipicio mientras le perseguían las tropas reales de Pedro II de Aragón.
Entre las especialidades culinarias de este pueblo se encuentran i maccarruna di casa, pasta fresca casera similar a los «bucatini» condimentada con ragú de capón. Degustamos también los tagghiarini cu sucu di crastagneddu, tallarines frescos de elaboración casera con salsa de capón. No podíamos olvidarnos de la pasta ca fasola, pasta con alubias frescas de cultivo local. Un segundo plato típico son las cuosti di crastagneddi (costillas de capón), la sasizzunedda ca addauro (salchichas de carne picada envueltas en hojas de laurel a la brasa) y a pittrina ca fasola, capón con salsa de judías verdes de cultivo local. Entre los productos lácteos destacan a tuma frisca cu zuccaru (queso local servido con azúcar) y a tuma con le acciughe (queso local con anchoas). Para terminar con un toque de dulzor, probamos los bocaditos dulces o vuccunetta y los dulces elaborados con miel o serafineddi.
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